Museo de |
Luz para los rincones
Con
una muestra de 116
modelos de lámparas pertenecientes a diferentes épocas, tipos y
características, la exposición contiene piezas que reflejan la evolución
histórica de la iluminación minera.
Remontándonos
a la época paleolítica
donde el hombre utilizó una luz artificial diferente al fuego, las
lucernas son fruto de la evolución y aparecen en forma paralela con
el desarrollo de la agricultura. El hombre utilizó como combustible diferentes aceites tales como:
- Sésamo
- Semilla de Lino
- Oliva
José Manuel Mustafá explica que los
mineros romanos fueron
los primeros que emplearon pequeñas lamparas en sus explotaciones durante su
imperio, aunque existe constancia que los egipcios, micénicos, griegos
y los fenicios que no sólo la emplearon sino que se encargaron de
comercializarla.
Los romanos fabricaron sus herramientas de luz, copiándose del modelo
griego en los siglos III y IV a.C., introduciendo modificaciones, dando más
altura al depósito y las paredes, cerrando la parte superior. Incluyeron tantas
mejoras en la fabricación que llegaron al punto de dominar el comercio con su
modelo propio.
Los
candiles de hierro sustituyeron las lámparas de arcilla y candiles medievales de forma paulatina. En España estos
artefactos fueron un producto típicamente popular, elaborados a mano por
hojalateros, herreros y artesanos.
Estas
linternas eran pecualiares por ser totalmente
cerradas y provistas de cristal, para
protegerse de las corrientes de aire. Las
lamparas de acetileno aparecieron en el siglo XIX sustituyendo a las viejas lamparillas
de aceite.
Inicios de la Industria Metalúrgica
La metalurgia siempre
dependió de las materias primas extraídas con la actividad minera, salvo el
aluminio por la complejidad de su elaboración.
El
cobre, el oro y la plata fueron utilizadas desde finales de Neolitico,
golpeándolos al principio hasta dejarlos planos como una lámina.
Luego
se aprendió a fundirlo en
hornos y ser vaciados en moldes, permitiendo la fabricación de mejores
herramientas en forma masiva.
Por José Manuel Mustafá
Por José Manuel Mustafá
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