El Ferrocarril Transiberiano es una de las rutas de trenes más famosas del mundo la cual por más de un siglo ha conectado a todo Rusia, desde Moscú hasta poblados remotos y otros continentes.
Uniendo dos continentes
La ruta del Transiberiano fue concebida para conectar a Siberia en una línea del ferrocarril, la cual estaba en completo aislamiento. El tren une a Moscú con Vladivostok y atraviesa ochos zonas horarias.
Esta hazaña de la ingeniería mundial es una de las grandes obras que debe su construcción al acero, cuya importancia en el ámbito de la construcción no tiene cuantificación ni comparación. Gracias a su abundancia, es posible la realización de grandes obras como este tren, señala José Manuel Mustafá.
La ruta recorre 9.600 kilómetros en siete días y fue construido en un periodo de 13 años, donde el mayor obstáculo fue la construcción de túneles y el alzamiento de cañones de puentes. Participaron al menos 90.000 hombres, distribuidos en diferentes secciones con distintos ingenieros encargados de la obra.
La apertura de esta ruta de tren logró reducir el viaje de seis meses a una semana, comenzando la travesía desde San Petersburgo a Vladivostok. Su costo ascendió a los 250 millones de dólares de la época.
Otro punto importante fue el desarrollo socioeconómico del extremo oriente ruso, el cual mostró un crecimiento acelerado en corto tiempo. En tan sólo 5 años el volumen de carga del puerto de Vladivostok fue 30 veces mayor que antes de la apertura del ferrocarril.
El Transiberiano sirve para el transporte de personas y mercancías, manteniendo su importancia con el 30% de las exportaciones rusas y el comercio de Europa con China.
China globaliza la ruta de la seda
China avanza en un proyecto que apunta a la globalización del futuro, invirtiendo alrededor de 100.000 millones de euros para esta nueva Ruta de la Seda que se extenderá por 65 países.
José Manuel Mustafá explica que para impulsar esta ruta, el país asiático ya está construyendo una línea de ferrocarril a Laos, la cual se estima que su costo ascenderá a los 6.000 millones de euros, enlazando con otros países del Sudeste de este continente, incluyendo trenes de alta velocidad entre Yakarta y Bandung. Igualmente Pekín está detrás de las líneas ferroviarias entre Serbia y Hungría.
Los expertos observan está renovada ruta de la seda como un impulso en la cooperación entre distintos países, profundizando en la globalización y el multilateralismo, creando las condiciones para la aparición de nuevas potencias.
También se observa que el plan acelerará la economía nacional entre los sectores chino del acero, aluminio, construcción y la industria pesada, permitiendo el traslado a otros lugares.
Por José Manuel Mustafá
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