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lunes, 26 de noviembre de 2018

José Manuel Mustafá: Anclaje de armadura en zapatas rigidas o cuando sobra la patilla

En el post de hoy vamos a hablar de cómo se determina el anclaje de la armadura de una zapata rígida.

Es muy común rematar la armadura de la zapata con una patilla, haga o no haga falta como buena práctica constructiva.

El problema es (y seguro que alguno se siente identificado), cuando os llaman de la obra para comunicaros que se han pasado el detalle de la zapata por donde ya sabeis… y han venido las parrillas de las armaduras sin patillas.

O bien – que también pasa – que las patillas les molestaban para montar las correas de atado o las vigas centradoras y las han cortado… y tan amigos.

Entonces es cuando hay que afilar el lapiz y verificar si esa patilla de la armadura era realmente necesaria o no.

Pues vamos por pasos.

Lo primero es identificar si se trata de una zapata rigída o flexible ya que lo que os vamos a contar solo vale para rígidas. Para flexibles la cosa cambia ligeramente. Hablaremos de ellas en otro post.

Recordemos que EHE-08 clasifica las zapatas rígidas únicamente con la relación de su canto y su vuelo respecto a la cara del pilar. Se trata de una zapata rígida cuando ésta vuela respecto de la cara del pilar menos que el doble del canto de la zapata.

El siguiente paso es plantear la distribución de tensiones obteniendo sus resultantes a partir de su distribución.

En el post anterior La zapata que no estaba resuelta en EHE presentamos los modelos de bielas y tirantes que podiamos encontrarnos para resolver las zapatas rígidas en función de las reacciones del pilar, indicando gráficamente las posiciones x1 y x2 de las resultantes de las tensiones sobre el terreno (centro de gravedad de un rectángulo, trapecio o triángulo según el caso).

El anclaje se mide a partir del punto de aplicación x1 de la resultante mayor de las tensiones,  por lo que en función de lo anterior, podemos tener tres casos:

a) Que el espacio que quede para el anclaje (entre x1 y el final de la zapata, respetando recubrimientos), sea suficiente para anclar la barra en prolongación recta. Por tanto si la longitud básica de anclaje no supera la mitad de la longitud de la zapata, menos x1, menos el recubrimiento r, la barra se puede anclar en prolongación recta y no será necesaria la patilla.

Para determinar la longitud básica de anclaje, podemos acudir al anterior post Tablas para el anclaje de barras corrugadas y considerar posición I (adherencia buena) al encontrarse el armado en la cara inferior de la zapata (como es usual).

b) Que el espacio que queda para el anclaje (figura anterior) se encuentre entre la longitud básica de anclaje y un 70% de esta. En este caso sí será necesaria la terminación en patilla o bien en barra transversal soldada.

c) Que el espacio que queda para el anclaje sea inferior al 70% de la longitud básica de anclaje. En este caso habrá que hacer la patilla más larga, añadiendo una prolongación recta, cuyo valor la diferencia entre el 70% de la longitud básica de anclaje y el espacio disponible para el anclaje (figura anterior).

Espero que el post os sirva para cuando “os corten las patillas”. Si es el caso y realmente eran necesarias siempre podéis recurrir a añadir barras transversales soldadas.


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