La Revolución Industrial surgió en Inglaterra a finales del siglo
XVIII cambiando todos los modelos económicos, sociales y culturales
previamente conocidos en el mundo. También, aparece el sector de los
capitalistas que se caracterizaban por su gran poder económico sin poseer
títulos nobiliarios.
Aportes de la Revolución Industrial
Debido a la implementación de líneas de embalajes que permitió
la producción en cantidades mucho mayores, se sustituye casi en su
totalidad la mano de obra. Pero el aporte más significativo fue la invención
del acero.
Revolución Industrial |
El acero nace de la combinación del hierro con una porción de carbono entre el 0,03% hasta 2,14% dependiendo del grado. Este proceso se llevaba a cabo en un horno convertidor de forma cónica recubierto por ladrillos refractarios, al que se insuflaba aire para eliminar diferentes impurezas que impedían obtener las mejores propiedades de este metal.
Con este horno convertidor podía escogerse la calidad sin tener que hacer
otras acciones como el pudelado para refinar el acabado final del metal. Los
hornos de Henry Bessemer aumentaron la producción
enormemente para poder cubrir con la demanda generada por la Guerra de Crimea.
El sistema Bessemer llego a producir el 75% del acero británico, aumentándose con la
instalación de estos hornos en países como Suecia, Francia, Alemania, Austria,
Estados Unidos y España.
Hornos Bessemer |
Actualmente la producción de acero se ha modificado siguiendo los principios básicos que rigen al modelo
originario. Actualmente se ha refinado el convertidor donde el soplado
de aire remplazándolo con oxígeno, así con esta versión modernizada se
logra reducir:
- El costo de capital de las
plantas
- Momento de la fundición
- Aumento de la productividad
Acero el producto final
Mayormente el acero producido en el mundo se hace utilizando el
horno de oxígeno básico, lo que representó el 60% de la producción mundial
de acero. Algunos tendrán un suplemento de hierro de hasta 350 toneladas y
convertirlo en acero en menos de una hora.
Sus características favorecen el área de construcción gracias
a su maleabilidad y flexibilidad haciéndolo la primera opción para construir
edificaciones. Los tipos de acero más comunes entre otros:
- Acero corten
- Acero Calmado
- Acero galvanizado
- Acero inoxidable
- Acero laminado
- Acero al carbono
- Acero de aleación
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