Kalpana Saroj, Fuente: Facebook Kalpana Saroj |
La empresa del $1.000.000
Kamani Tubes fue la primera compañía que la Corte Suprema le traspasó la propiedad a la unión de trabajadores, la empresa estaba conformada por 3.000 empleados/dueños, quienes se acercaron en el año 2000 a Saroj para recuperarla.
La primera acción fue formar un equipo conformado por 10 expertos en cada uno de sus campos. También se buscó a unos asesores externos para crear una propuesta que pudiera solventar los daños financieros. La propuesta fue aceptada, con la condición que tomara las riendas de la Minera y se hiciera cargo de todas las acciones, de esta forma la nombraron Presidente.
Los 6 primeros años fueron presentaciones en las cortes, honrando deudas tributarias y cubriendo las penalidades de impuestos. La empresa consiguió una concesión especial para que se rebajara la deuda en un 25% del monto principal, con el fin de recuperar la empresa financieramente .
En el 2006 la corte transfirió la propiedad a Saroj, en un año se pudo honrar al banco la deuda. En tres meses se pudo compensar a los trabajadores de todos los retrasos y deudas salariales.
Kalpana Saroj, nació en uno de los lugares más pobres del país, con el apoyo familiar, logro irse a Bombay a trabajar. En la ciudad consiguió emprender un negocio de muebles y como modista. Gracias al éxito obtenido en sus empresas los trabajadores le pidieron que los representaran.
La visión de Kamani Tubes
Cuando Ramji Bhai Kamani comenzó las industrias Kamani, tenía la visión de hacer una novedosa minera en India que fuera una empresa modelo de un país en crecimiento, una visión compartida por la CEO Kalpana Saroj.
Fue fundada en 1960, con las sedes en Kurla y Mumbai, para la fabricación de tubos de cobre.
Actualmente, la empresa aspira a ser un proveedor de cobre y sus aleaciones a nivel global, consistentes con los valores del fundador como justicia, equidad e igualdad, los cuales son compartidos con la actual propietaria Kalpana Saroj.
Kumani Tubes trabaja en recuperar sus dos ramas de la firma que fueron perdidas en la liquidación de la empresa, para que puedan ser reunidas con el gran consorcio que fue en su fundación.
Por José Manuel Mustafá
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